Hace tan solo unas semanas que se estrenó pero ya se ha hablado incluso demasiado de, Los abrazos rotos e injustamente ha recibido malas criticas. No es una película perfecta ni la mejor obra de Almodóvar pero está hecha con pasión y es ante todo una historia dedicada al propio cine. Solo por eso ya es, mucho más que el resto de la producción anual.Hace catorce años, el escritor conocido como Harry Caine sufrió un accidente que le dejó sin sentido de la vista y sin su amada Lena. Atrás quedó también su verdadero nombre, Mateo Blanco, con el que firmaba todas las películas que dirigía. Ahora, sobreviviendo gracias a los guiones que escribe, Harry cuenta con el apoyo de su fiel amiga Judith y del hijo de ésta, Diego. Pero Diego sufre un accidente, y durante su convalecencia, Harry decide contarle su verdadera historia como si de un guión de cine se tratara.
Los abrazos rotos se convierte en una mezcla de estilos y esto le perjudica. Funciona, la parte central de melodrama homenajeando al gran Rossellini de “Viaje a Italia” y me gusta también la comedia con la que se hace un guiño a sí mismo con Mujeres al borde… porque puede y porque yo lo valgo. Sin embargo y aunque ya incidió en La mala educación, Almodóvar se pierde a la hora de reflejar el cine negro, la parte thriller de la película no funcionaba entonces ni tampoco ahora.
El reparto es espectacular pero no todos molan por igual. Harry Cayne/Mateo Blanco está interpretado por el grande Lluis Homar (que después de sus últimas apariciones en la serie de TVE sobre el 23F, Caótica Ana o sin acreditar en Vicky Cristina Barcelona se convierte en unos de nuestros actores más prolíficos y bizarros, no le hace ascos a nada) Penélope Cruz ya con un Oscar en casa, merecido mal que le pese a la envidia nacional, en el papel de la sufrida Lena, uno de los más maduros de su carrera, secundados por José Luis Gómez y Blanca Portillo dos interpretes que a estas alturas no necesitan presentación.
Por otro lado, están Rubén Ochandiano y Tamar Novas que tienen personajes poco creíbles y con frases de guión que en ocasiones provocan risas. Ochandiano hace el mismo papel, Ray X en dos etapas distintas. De adolescente como el pesadito hijo de Jose Luis Gomez, tiene su gracia, camara vhs en mano, obsesivo y resuelve sin embargo la cosa se pone más fea cuando se convierte en joven director de cine homosexual empecinado en escribir un guión con Harry Cayne, ahí mete la pata. Tamar Novas sale mucho, demasiado y algunas de sus secuencias por ejemplo en la discoteca donde trabaja no tienen precio, por malas. Las breves apariciones de Dani Martín y Alejo Sauras son bastante terribles con lo que queda claro que a Pedro Almodovar se le siguen dando mucho mejor las actrices y el universo femenino.
Bien Pé y Blanca Portillo (aquí alter ego de la productora del el deseo, Esther García) pero sobre todo bien las pequeñas pero desternillantes apariciones de, Carmen Machi, Rossy de Palma, Kity Manver, la entrañable Chus lampreave y sobre todo, Lola Dueñas, divina en su papel de lectora de labios.
La película está rodada entre Madrid y Lanzarote, nueva referencia al Rossellini de Stromboli.
Estamos ante la película más ambiciosas, más cara y una de las más personales de Almodóvar. Sin embargo queda lejos de la perfección formal de Volver. Veremos con ganas como es la siguiente.
Los abrazos rotos se convierte en una mezcla de estilos y esto le perjudica. Funciona, la parte central de melodrama homenajeando al gran Rossellini de “Viaje a Italia” y me gusta también la comedia con la que se hace un guiño a sí mismo con Mujeres al borde… porque puede y porque yo lo valgo. Sin embargo y aunque ya incidió en La mala educación, Almodóvar se pierde a la hora de reflejar el cine negro, la parte thriller de la película no funcionaba entonces ni tampoco ahora.
El reparto es espectacular pero no todos molan por igual. Harry Cayne/Mateo Blanco está interpretado por el grande Lluis Homar (que después de sus últimas apariciones en la serie de TVE sobre el 23F, Caótica Ana o sin acreditar en Vicky Cristina Barcelona se convierte en unos de nuestros actores más prolíficos y bizarros, no le hace ascos a nada) Penélope Cruz ya con un Oscar en casa, merecido mal que le pese a la envidia nacional, en el papel de la sufrida Lena, uno de los más maduros de su carrera, secundados por José Luis Gómez y Blanca Portillo dos interpretes que a estas alturas no necesitan presentación.
Por otro lado, están Rubén Ochandiano y Tamar Novas que tienen personajes poco creíbles y con frases de guión que en ocasiones provocan risas. Ochandiano hace el mismo papel, Ray X en dos etapas distintas. De adolescente como el pesadito hijo de Jose Luis Gomez, tiene su gracia, camara vhs en mano, obsesivo y resuelve sin embargo la cosa se pone más fea cuando se convierte en joven director de cine homosexual empecinado en escribir un guión con Harry Cayne, ahí mete la pata. Tamar Novas sale mucho, demasiado y algunas de sus secuencias por ejemplo en la discoteca donde trabaja no tienen precio, por malas. Las breves apariciones de Dani Martín y Alejo Sauras son bastante terribles con lo que queda claro que a Pedro Almodovar se le siguen dando mucho mejor las actrices y el universo femenino.
Bien Pé y Blanca Portillo (aquí alter ego de la productora del el deseo, Esther García) pero sobre todo bien las pequeñas pero desternillantes apariciones de, Carmen Machi, Rossy de Palma, Kity Manver, la entrañable Chus lampreave y sobre todo, Lola Dueñas, divina en su papel de lectora de labios.
La película está rodada entre Madrid y Lanzarote, nueva referencia al Rossellini de Stromboli.
Estamos ante la película más ambiciosas, más cara y una de las más personales de Almodóvar. Sin embargo queda lejos de la perfección formal de Volver. Veremos con ganas como es la siguiente.
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