27.1.09

SALVADOR ALLENDE - PATRICIO GUZMÁN

Durante casi 15 años, desde que la democracia volvió a Chile, se ha intentado olvidar el pasado. Los nuevos gobiernos creían necesario correr un tupido velo sobre la dictadura pero tristemente tampoco querían mostrar a las nuevas generaciones, lo que había antes es decir, Salvador Allende, el hombre del pueblo. De hecho, "Salvador Allende" es una coproducción entre distintos países, por España participa Mediapro pero no entró dinero chileno.

No porque Ricardo Lagos, el entonces presidente, no fuera un verdadero demócrata pero sí que durante su mandato, tuvo miedo, de remover la historia. Patricio Guzmán realiza una película biográfica desde un punto de vista, subjetivo, próximo, muy humano.
Él mismo afirma que "no sería el que soy, si él no hubiera encarnado, la utopía de un mundo más justo y más libre". Guzmán se rodea, no de los grandes mandatarios de la época sino de los obreros, de los trabajadores y de la propia familia de Allende para hablar de él.

Construye una película emocionante en base a imágenes de archivo propias, rescatando algunos de los mejores momentos de su trilogía," La batalla de Chile" (1971/73).El rodaje de batalla, se prolongó hasta el mismo día del golpe de Estado. A partir de ese momento, Patricio Guzmán estuvo preso en el estadio nacional de Santiago por espacio de quince días.
Cuando pudo recuperar la libertad se llevó todos los rollos a Europa. Allí empezó a buscar, junto con su mentor, el director francés Chris Marker, los medios económicos para montar la película. La ayuda llegó desde el Instituto Cubano de Cinematografía, que mantenía buenas relaciones con Marker. Entonces, viajó hasta La Habana y terminó la película varios años más tarde. En su país natal, no pudo estrenarla hasta casi 20 años después.

Hay también otras imágenes históricas, recuperadas y vistas por primera vez en pantalla grande como, el tren de la victoria del genial documentalista holandés, Jori Ivens o el bombardeo del palacio de la moneda, que pudieron rodar insitu dos realizadores alemanes, aquel trágico 11 de septiembre de 1973. Además, la entrevista al entonces embajador de los EEUU en Chile, sirve como contrapunto de la derecha americana, a los testimonios del pueblo chileno que realmente apoyaba y quería a Allende.

La película, arranca entonces en 1908 en Valparaíso donde nace. Hijo de un abogado y notario, militante del Partido Radical. Lo más interesante de esta primera etapa, es la relación que mantiene con un viejo militante anarquista italiano, Juan Demanchi.
Estudió medicina en la capital entrando en la política activa en 1936 cuando es nombrado presidente del Frente Popular en Valparaiso.Viaja a la URSS, Francia, Cuba y China para conocer, todos los procesos revolucionarios. Sin embargo y aunque admira profundamente a Fidel Castro y al Ché por haber acabado con una dictadura, Allende no apoyaba el uso de armas para gobernar un país.

En la película, se reflexiona en torno a su compleja y genial personalidad política; cómo se puede ser, revolucionario y demócrata a la vez. Él lo consiguió, sabiendo que el único camino para crear un país con gobierno socialista, era manteniendo unida a la izquierda y sin violencia. Salvador Allende fue máximo exponente de la política de calle. Durante años recorrió el país y conoció de primera mano cuales eran las necesidades de la gente. El pueblo chileno se fue enamorando poco a poco, hasta que años después, venció en las elecciones de 1970.
Uno de los momentos que más me impresionan de él como presidente, es el discurso que dio en la Asamblea general de las naciones Unidas en 1972. Muchos, lo considerarán el principio del fin de su mandato. Si nos fijamos en toda la secuencia, cuando el realizador abre plano se puede observar que están todos los países representados menos los EE.UU. Entonces, el que mandaba por allí era nada menos que George Bush, padre (antes de irse a la CIA) y amenazó con abandonar la sala si Allende no cambiaba algunos puntos clave de su discurso.
Allende por supuesto no lo hizo y terminó poniendo al resto de países en pie con una gran ovación. Con 30 años de antelación, denunció la explotación de las grandes multinacionales europeas y americanas en Latinoamérica temiendo por el nuevo liberalismo económico: Economía del pueblo y para el pueblo, decía. 34 años han tenido que pasar, para que llegara otro presidente, el boliviano Evo Morales y pusiera a las multinacionales, ahora en su mayoría españolas, en su lugar. Me llamó la atención, que Patricio Guzmán, no mencione en casi 2h de metraje el nombre de Pinochet.
De hecho me gustó que fuera así, ya hay otras películas que tratan la terrible dictadura que vivió Chile después de su golpe de estado. Aquel 11 de Septiembre de 1973, La CIA junto con la administración Nixon, organizaron con el apoyo del sector más conservador de la sociedad chilena, el golpe militar del general Pinochet. Allende pasó sus últimas horas en el Palacio presidencial de la Moneda dirigiéndose al pueblo chileno por última vez desde la radio, con un mensaje improvisado y sobrecogedor, poco antes de morir. Allende se suicidó, para no terminar convirtiéndose en un mártir. Este acto, en verdad valiente, fue tristemente usado por la dictadura posterior para acusarle de cobarde. Lo que quedó en Chile, fue un régimen autoritario con escalofriantes cifras: 2.095 muertos y 1.102 desaparecidos. Lo peor, que acabaron con la ilusión de todo un pueblo.
Patricio Guzmán, termina su película con la imagen de un poeta, nosotros también y si tenéis la oportunidad de leerlo escuchando de fondo una canción de Víctor Jara, asesinado por la dictadura el 16 de septiembre de 1973, podréis dar también un sentido homenaje al presidente.

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.


Mario Benedetti

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