"Compadre" es la historia de una familia peruana: Daniel un mototaxista, Nati su mujer y sus 4 hijos, contanda a través de los ojos de un amigo sueco, Mikael Wiström.
La relación entre ellos comenzó hace ya 30, en el primer viaje que Mikael hizó a Perú, allí trabajando en un vertedero, en dónde recogían basura, conoció a Daniel y desde entonces su amistad fue creciendo. 17 años después Mikael retrató a la familia en un primer documental "The other shore" y en 2004 volvió a Perú para filmar este "Compadre" continuación del anterior.
La complicidad entre la familia y Mikael es total, gracias a los vínculos afectivos tan fuertes que les unen podemos asistir a momentos muy íntimos sin que la presencia de la cámara perturbe la situación. Judith, una de las hijas, le cuenta al Mikael amigo que va a dejar a su marido, sin importarle que éste sea también el Mikael director y que le está filmado.
Mikael es un protagonista más de la obra y asiste como participe en el desarrollo de la película, excepto en el reencuentro de Dani 40 años después, con sus tíos abuelos en la aldea en la que nació, en este momento el director desaparece cediendo el protagonismo absoluto a la familia. Como en toda relación, hay momentos difíciles y los problemas económicos están a punto de acabar con el rodaje pero como buenos amigos las cosas acaban arreglándose.
El documental inserta fragmentos de la primera parte, que nos permite ver como ha ido creciendo y evolucionando la familia, Sandra, la hija mayor y ahijada de Mikael, ha pasado de ser una adolescente a una mujer casada y con un hijo, alfarera de profesión al final la veremos partir hacia Brasil en busca de un futuro mejor. La obra se presenta con una realización muy cuidada de fotografía, sonido y montaje, y esto es de agradecer.
Gran parte de los documentalistas actuales sólo tiene interés por conseguir un tema cuanto más controvertido mejor, sin darle importancia a que a parte de mostrarnos una información están haciendo también una película. En "Compadre" existe un ritmo fílmico con sus climax y sus momentos de pausa que nos dan la oportunidad de reflexionar sobre lo que estamos viendo. La obra no sólo funciona porque el tema nos interese si no que además engancha por su construcción cinematográfica. Sin haber visto todos los largometrajes a concurso creo que aquí tenemos un posible ganador del premio Cibeles (Documentamadrid 05), o al menos eso me gustaría.
La relación entre ellos comenzó hace ya 30, en el primer viaje que Mikael hizó a Perú, allí trabajando en un vertedero, en dónde recogían basura, conoció a Daniel y desde entonces su amistad fue creciendo. 17 años después Mikael retrató a la familia en un primer documental "The other shore" y en 2004 volvió a Perú para filmar este "Compadre" continuación del anterior.
La complicidad entre la familia y Mikael es total, gracias a los vínculos afectivos tan fuertes que les unen podemos asistir a momentos muy íntimos sin que la presencia de la cámara perturbe la situación. Judith, una de las hijas, le cuenta al Mikael amigo que va a dejar a su marido, sin importarle que éste sea también el Mikael director y que le está filmado.
Mikael es un protagonista más de la obra y asiste como participe en el desarrollo de la película, excepto en el reencuentro de Dani 40 años después, con sus tíos abuelos en la aldea en la que nació, en este momento el director desaparece cediendo el protagonismo absoluto a la familia. Como en toda relación, hay momentos difíciles y los problemas económicos están a punto de acabar con el rodaje pero como buenos amigos las cosas acaban arreglándose.
El documental inserta fragmentos de la primera parte, que nos permite ver como ha ido creciendo y evolucionando la familia, Sandra, la hija mayor y ahijada de Mikael, ha pasado de ser una adolescente a una mujer casada y con un hijo, alfarera de profesión al final la veremos partir hacia Brasil en busca de un futuro mejor. La obra se presenta con una realización muy cuidada de fotografía, sonido y montaje, y esto es de agradecer.
Gran parte de los documentalistas actuales sólo tiene interés por conseguir un tema cuanto más controvertido mejor, sin darle importancia a que a parte de mostrarnos una información están haciendo también una película. En "Compadre" existe un ritmo fílmico con sus climax y sus momentos de pausa que nos dan la oportunidad de reflexionar sobre lo que estamos viendo. La obra no sólo funciona porque el tema nos interese si no que además engancha por su construcción cinematográfica. Sin haber visto todos los largometrajes a concurso creo que aquí tenemos un posible ganador del premio Cibeles (Documentamadrid 05), o al menos eso me gustaría.
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