Jonathan Demme, con su sonrisa perenne fue el presidente de la sección oficial del 56 Festival de cine de San Sebastián este año. Se le vio disfrutar de la comida y el paisaje donostiarra como al que más y afirmó tener más de una película favorita para ganar la Concha de oro que finalmente fue para la turca, Pandora’s Box en una edición donde se metió la pata, menos que otras veces.
En Zabaltegui y dentro de la sección, Perlas (la peli se había visto ya con bastante éxito en Venecia) se pasó su ultima película como director, Rachel Getting Married, primera incursión dentro del genero de ficcción después de muchos años dedicado al genero documental puro y duro con joyas como; Neil Young: Heart of Gold . Aunque también es verdad, la Rachel que nos ocupa tiene bastante de cómo, “filmar la realidad”.
Anne Hathaway, actriz y modelo publicitaria de moda, se desmarca de sus habituales papeles en comedia rosa, para dar vida a una joven oscura y deslenguada con problemas con las drogas. Kym (Anne Hathaway) es el hilo conductor de esta historia de familias, marcada por la muerte de uno de sus miembros, el hijo menor.
Después de pasar los últimos 10 años entrando y saliendo de clínicas de desintoxicación y hospitales psiquiatricos Kym regresa a la casa familiar por unos días para asistir a la boda de su hermana mayor a quien da vida una desconocida y estupenda, Rosemarie DeWitt. Todos los demonios familiares de la relación entre las hermanas, entre los padres y entre padres e hijos, nacidos a partir de una tragedia, la muerte accidental del hijo pequeño, se desatan durante los preparativos y la celebración del evento recordando en ocasiones a la película Dogma danesa; Festen (Celebración) de Thomas Vinterberg con la que comparte además algunos puntos de realización.
En la rueda de prensa, su director contó que "El filme estaba escrito, pero no planificamos ni un encuadre por anticipado". A ello se une que la música es la que crea de forma natural la acción de la película, y se resuelve sencillamente porque entre los invitados está un grupo de jazz que ensaya para la boda.
El excelente guión de la película está escrito por Jenny Lumet, hija del veterano director, Sydney Lumet que habló de esta película como metáfora de la situación actual en los EE.UU, "luchando por unirse durante la campaña electoral, al igual que la familia de la película".
El enfoque documental pues que tiene esta cinta ayuda al panorama del cine americano abriendo nuevos horizontes independientes más cercanos a Europa dentro del encorsetado sistema made in Hollywood.
Otra de las cuestiones sociales que trata con gran interés Demme es el tema racial, ya que la boda protagonista está protagonizada por una chica blanca y un hombre negro y a nivel politico se critica la guerra de Irak con la presencia de un militar como invitado a la ceremonia. Otro de los mayores atractivos de esta película es la presencia en el reparto de una recuperada Debra Winger encarnando a la madre de las dos protagonistas.
La brillante realización y montaje hacen de esta historia una de las emocionantes y vibrantes de año. Resulta difícil encontrar en la pantalla una “película realmente madura”, esta lo es.
En Zabaltegui y dentro de la sección, Perlas (la peli se había visto ya con bastante éxito en Venecia) se pasó su ultima película como director, Rachel Getting Married, primera incursión dentro del genero de ficcción después de muchos años dedicado al genero documental puro y duro con joyas como; Neil Young: Heart of Gold . Aunque también es verdad, la Rachel que nos ocupa tiene bastante de cómo, “filmar la realidad”.
Anne Hathaway, actriz y modelo publicitaria de moda, se desmarca de sus habituales papeles en comedia rosa, para dar vida a una joven oscura y deslenguada con problemas con las drogas. Kym (Anne Hathaway) es el hilo conductor de esta historia de familias, marcada por la muerte de uno de sus miembros, el hijo menor.
Después de pasar los últimos 10 años entrando y saliendo de clínicas de desintoxicación y hospitales psiquiatricos Kym regresa a la casa familiar por unos días para asistir a la boda de su hermana mayor a quien da vida una desconocida y estupenda, Rosemarie DeWitt. Todos los demonios familiares de la relación entre las hermanas, entre los padres y entre padres e hijos, nacidos a partir de una tragedia, la muerte accidental del hijo pequeño, se desatan durante los preparativos y la celebración del evento recordando en ocasiones a la película Dogma danesa; Festen (Celebración) de Thomas Vinterberg con la que comparte además algunos puntos de realización.
En la rueda de prensa, su director contó que "El filme estaba escrito, pero no planificamos ni un encuadre por anticipado". A ello se une que la música es la que crea de forma natural la acción de la película, y se resuelve sencillamente porque entre los invitados está un grupo de jazz que ensaya para la boda.
El excelente guión de la película está escrito por Jenny Lumet, hija del veterano director, Sydney Lumet que habló de esta película como metáfora de la situación actual en los EE.UU, "luchando por unirse durante la campaña electoral, al igual que la familia de la película".
El enfoque documental pues que tiene esta cinta ayuda al panorama del cine americano abriendo nuevos horizontes independientes más cercanos a Europa dentro del encorsetado sistema made in Hollywood.
Otra de las cuestiones sociales que trata con gran interés Demme es el tema racial, ya que la boda protagonista está protagonizada por una chica blanca y un hombre negro y a nivel politico se critica la guerra de Irak con la presencia de un militar como invitado a la ceremonia. Otro de los mayores atractivos de esta película es la presencia en el reparto de una recuperada Debra Winger encarnando a la madre de las dos protagonistas.
La brillante realización y montaje hacen de esta historia una de las emocionantes y vibrantes de año. Resulta difícil encontrar en la pantalla una “película realmente madura”, esta lo es.
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