Cristóbal Colón, el enigma, está basada en una novela del escritor portugués Manuel Luciano quien desde los años ’40 se ha empeñado en descubrir la verdadera identidad del célebre navegante.
Según la teoría de Luciano, a la que Manoel de Oliveira adscribe, Cristóbal Colón sería el hijo ilegítimo de João Gonçalves Zarco -descubridor de la isla Madeira-, y habría nacido en la pequeña ciudad portuguesa de Cuba, nombre que lo inspiraría más tarde para designar a la isla más extensa del Caribe por él descubierta. En la introducción se observa en primer plano un manuscrito del siglo XV con la firma “Colón” en lugar de “Colombo”, como prueba de su origen portugués en contradicción con la versión oficial que establece en Génova su lugar de nacimiento. A partir de la segunda secuencia, el filme está estructurado cronológicamente mediante intertítulos con referencias témporo-espaciales.
Oliveira se mete en la piel de Luciano siguiendo sus mismos pasos: La casa de Cristóbal Colón en Porto Santo, la iglesia de Cuba y el monumento dedicado al descubridor de América que se encuentra en Columbus Circle, en la esquina sudoeste del Central Park de Nueva York.
El primer rótulo nos ubica en “1946, Porto Santo” mientras que la escena siguiente transcurre en Nueva York. Al contrario, la segunda mitad del filme comienza con el rótulo “2007, Nueva York” y luego la acción continúa y finaliza en Porto Santo.
En otras palabras, la narración cumple un ciclo: comienza en Portugal, se desarrolla en las islas lusitanas del Atlántico y más allá, en Estados Unidos, para finalizar en tierra portuguesa con un tema análogo: el mar y los navegantes pioneros lusitanos entre los que Hernando de Magallanes, Vasco de Gama y Pedro Alvares Cabral son sólo algunos ejemplos ilustres. Además del océano, dos íconos se repiten a lo largo del filme como un leitmotiv. El primero y más importante es el ángel encarnado en una mujer vestida con los colores rojo y verde de la bandera portuguesa y que porta la espada de la conquista.
Este ícono viviente aparece recurrentemente observando a los personajes desde lo alto a modo de protección, para luego reaparecer en forma de escultura en mármol (“El ángel guardián de los descubridores” forma parte del Monumento a Colón esculpido por el italiano Gaetano Russo a fines del siglo XIX).
Este ángel no aparece en la novela original, “es una idea que tuve y que viene de la descripción de la iglesia de Cuba cuando buscaba lugares de rodaje, el ángel verde y rojo que desapareció”, cuenta Oliveira en una entrevista, “en el poema de Pessoa, simboliza el destino y la determinación más allá de la república, la democracia y el poder del rey João II. El ángel se convierte en guía de todo mi filme.”El poema al cual se refiere Oliveira es “Quinto Imperio” de Fernando Pessoa.
Curiosamente este texto da la clave de lectura para Cristóbal Colón, el enigma, además de haber servido de inspiración a este mismo director para el título del largometraje homónimo que realizara en el año 2004.
Este Quinto Imperio del que hablan tanto Pessoa como Oliveira es el imperio cultural que debería llegar de la mano de Portugal como heredera de los anteriores cuatro: el griego, el romano, el cristiano y el moderno -acaso con Estados Unidos como último representante-. “Portugal hecho Universo / que reúne bajo grandes cielos / el cuerpo anónimo y disperso / de Osiris, Dios./ El Portugal que se levanta / del fondo sordo del destino / y, como en Grecia, oscuro canta/ Baco divino.”Pero hay algo más, y es la mención al segundo ícono recurrente: las iglesias templarias en Portugal y en los Estados Unidos que se pueden apreciar directamente en las imágenes filmadas y a través de las fotografías que el protagonista expone a modo de comparación. No por casualidad la orden de los templarios también aparece mencionada en el poema de Pessoa: “Y otros, y otros, gente diversa / oculta en este mundo variado. / Su pecho atrae, encendida y templaria / la Cruz de Cristo”.
La orden de los templarios, perseguida y finalmente proscripta por la Inquisición en 1314, sobrevivió gracias a la acogida que obtuvo de los reyes de Portugal y de Inglaterra. En Portugal cambiaron su denominación por el de “Milicia del Cristo de Portugal” y mantuvieron como emblema la misma cruz roja que Vasco de Gama y Cristóbal Colón portaron en las velas de sus embarcaciones.
En el siglo XVIII los Caballeros del Templo resurgieron en forma de sociedades secretas con una importante influencia en los cambios políticos tanto en Europa como en los Estados Unidos. El interés de realizar este filme no se limita a establecer el origen lusitano de Cristóbal Colón, sino de proponer un retorno a los valores fundamentales del ser portugués, la búsqueda de una identidad nacional con bases en una cultura que trascienda lo local para alcanzar lo universal. El Quinto Imperio, el Imperio Cultural, aunque en una primera instancia parezca un delirio mesiánico, en lo más profundo no es sino una crítica al actual estado de cosas en el que estos valores seencuentran en vías de extinción.
Adriana Schmorak
Según la teoría de Luciano, a la que Manoel de Oliveira adscribe, Cristóbal Colón sería el hijo ilegítimo de João Gonçalves Zarco -descubridor de la isla Madeira-, y habría nacido en la pequeña ciudad portuguesa de Cuba, nombre que lo inspiraría más tarde para designar a la isla más extensa del Caribe por él descubierta. En la introducción se observa en primer plano un manuscrito del siglo XV con la firma “Colón” en lugar de “Colombo”, como prueba de su origen portugués en contradicción con la versión oficial que establece en Génova su lugar de nacimiento. A partir de la segunda secuencia, el filme está estructurado cronológicamente mediante intertítulos con referencias témporo-espaciales.
Oliveira se mete en la piel de Luciano siguiendo sus mismos pasos: La casa de Cristóbal Colón en Porto Santo, la iglesia de Cuba y el monumento dedicado al descubridor de América que se encuentra en Columbus Circle, en la esquina sudoeste del Central Park de Nueva York.
El primer rótulo nos ubica en “1946, Porto Santo” mientras que la escena siguiente transcurre en Nueva York. Al contrario, la segunda mitad del filme comienza con el rótulo “2007, Nueva York” y luego la acción continúa y finaliza en Porto Santo.
En otras palabras, la narración cumple un ciclo: comienza en Portugal, se desarrolla en las islas lusitanas del Atlántico y más allá, en Estados Unidos, para finalizar en tierra portuguesa con un tema análogo: el mar y los navegantes pioneros lusitanos entre los que Hernando de Magallanes, Vasco de Gama y Pedro Alvares Cabral son sólo algunos ejemplos ilustres. Además del océano, dos íconos se repiten a lo largo del filme como un leitmotiv. El primero y más importante es el ángel encarnado en una mujer vestida con los colores rojo y verde de la bandera portuguesa y que porta la espada de la conquista.
Este ícono viviente aparece recurrentemente observando a los personajes desde lo alto a modo de protección, para luego reaparecer en forma de escultura en mármol (“El ángel guardián de los descubridores” forma parte del Monumento a Colón esculpido por el italiano Gaetano Russo a fines del siglo XIX).
Este ángel no aparece en la novela original, “es una idea que tuve y que viene de la descripción de la iglesia de Cuba cuando buscaba lugares de rodaje, el ángel verde y rojo que desapareció”, cuenta Oliveira en una entrevista, “en el poema de Pessoa, simboliza el destino y la determinación más allá de la república, la democracia y el poder del rey João II. El ángel se convierte en guía de todo mi filme.”El poema al cual se refiere Oliveira es “Quinto Imperio” de Fernando Pessoa.
Curiosamente este texto da la clave de lectura para Cristóbal Colón, el enigma, además de haber servido de inspiración a este mismo director para el título del largometraje homónimo que realizara en el año 2004.
Este Quinto Imperio del que hablan tanto Pessoa como Oliveira es el imperio cultural que debería llegar de la mano de Portugal como heredera de los anteriores cuatro: el griego, el romano, el cristiano y el moderno -acaso con Estados Unidos como último representante-. “Portugal hecho Universo / que reúne bajo grandes cielos / el cuerpo anónimo y disperso / de Osiris, Dios./ El Portugal que se levanta / del fondo sordo del destino / y, como en Grecia, oscuro canta/ Baco divino.”Pero hay algo más, y es la mención al segundo ícono recurrente: las iglesias templarias en Portugal y en los Estados Unidos que se pueden apreciar directamente en las imágenes filmadas y a través de las fotografías que el protagonista expone a modo de comparación. No por casualidad la orden de los templarios también aparece mencionada en el poema de Pessoa: “Y otros, y otros, gente diversa / oculta en este mundo variado. / Su pecho atrae, encendida y templaria / la Cruz de Cristo”.
La orden de los templarios, perseguida y finalmente proscripta por la Inquisición en 1314, sobrevivió gracias a la acogida que obtuvo de los reyes de Portugal y de Inglaterra. En Portugal cambiaron su denominación por el de “Milicia del Cristo de Portugal” y mantuvieron como emblema la misma cruz roja que Vasco de Gama y Cristóbal Colón portaron en las velas de sus embarcaciones.
En el siglo XVIII los Caballeros del Templo resurgieron en forma de sociedades secretas con una importante influencia en los cambios políticos tanto en Europa como en los Estados Unidos. El interés de realizar este filme no se limita a establecer el origen lusitano de Cristóbal Colón, sino de proponer un retorno a los valores fundamentales del ser portugués, la búsqueda de una identidad nacional con bases en una cultura que trascienda lo local para alcanzar lo universal. El Quinto Imperio, el Imperio Cultural, aunque en una primera instancia parezca un delirio mesiánico, en lo más profundo no es sino una crítica al actual estado de cosas en el que estos valores seencuentran en vías de extinción.
Adriana Schmorak
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