MATAHARIS - ICÍAR BOLLAÍN

Para la gran mayoría de la crítica especializada, esta no es la mejor película de Icíar Bollaín, discrepo para mí, sí. Nunca había visto a Icíar tan madura e interesante como ahora. Lástima que al jurado tampoco le entusiasmara la historia y prefiriera premiar a la “otra película española a concurso” gran error porque el guión y las actrices de Mataharis, superan con creces a las de Siete mesas de billar francés.
Pequeños momentos en las vidas diarias de tres mujeres con un denominador común, las tres se dedican a espiar profesionalmente. Un trabajo, bien documentado por la directora que hace creíble cada una de las situaciones.Uno de los mejores aciertos, es la elección del reparto.
Tres actrices, dos de ellas además poco conocidas, en estado de gracia. Najwa Nimri, Nuria Gonzalez y Maria Vázquez son Eva, Carmen e Inés respectivamente. Detectives privados en el Madrid de nuestros días que poco tienen que ver con los personajes descritos por Raymond Chandler en sus novelas, aquellos viejos detectives siniestros de gabardina y sombrero quedaron atrás porque estas nuevas detectives son atractivas, van a la compra, cambian pañales y además no se olvidan de hacer seguimientos.Eva, se acaba de reincorporar al trabajo después de pasar su segunda maternidad pero las cosas no van bien en casa, su marido Iñaki (Tristán Ulloa) oculta algo de su pasado que va a cambiar la vida de la familia. Carmen, está casada con un hombre que la ignora (Adolfo Fernández), los silencios se han apropiado de una pareja que ya no tiene nada que decirse. Carmen, harta tomará una drástica solución.
El personaje más joven, Inés (estupenda la pelirroja, Maria Vázquez, queremos verla más) es quien va estructurando la historia. Ella, trabaja en un caso importante, un verdadero caso, “nada de cuernos y tonterías, un contacto gordo” dice su jefe (Fernando Cayo)
Ella tiene que infiltrarse en una gran multinacional con el fin de descubrir si hay algún traidor, sin embargo Inés irá descubriendo cosas más importantes durante “esa misión”. En la empresa, conoce a Manuel (Diego Martín) un joven sindicalista que le hará replantearse la ética de su trabajo y a fin de cuentas, el sentido de su vida. Película de mujeres, sin duda pero que cuenta también con grandes actores, hombres en pequeños papeles.
Ahí están, Tristán Ulloa como marido de Eva, un actor este que siempre va bien. Fue bonito verle paseando por San Sebastián con su hermano, David con el que ha dirigido, Pudor una de las películas españolas más premiadas en lo que va de año.
Diego Martín es Manuel, un joven con ilusiones que se enamora de Inés sin conocer su verdadera identidad. Diego, no para de trabajar en tele y en el cine empieza a hacerse también un hueco en películas como Días de cine y Un buen día lo tiene cualquiera.
Adolfo Fernández, otra cara conocida de la televisión, es el distante marido de Carmen y Fernando Cayo, que está en el reparto de El orfanato da vida a Valbuena, el jefe de todas estas Mataharis . Por ultimo, el “grande” Antonio de la Torre, habitual en las películas de Iciar, es Sergio, un hombre engañado que no quiere ver. Al sólido reparto, se le suma un guión impecable repleto de buenos diálogos. Bien, las guionistas, la propia Icíar y Tatiana Rodríguez (La sombra del hermano) que debieron realizar un gran trabajo de campo yendo por todas las agencias de detectives españolas para que los casos y los personajes de la película resultaran naturales. La realidad, está en el guión y está también en la fotografía dura, de uno de los mejores operadores del cine actual, Kiko de la Rica.
Muchos planos secuencia que dejan hacer a los actores, uno de los momentos que más me gustan, es precisamente cuando con la cámara fija vemos en un karaoke a los personajes de Sergio y Carmen. Película inteligente, madura (no es fácil ver una película madura en las pantallas) real y menos social que otras dirigidas por Iciar Bollaín, una mujer a seguir teniendo en cuenta.