28.1.09

FESTIVAL DE CINE DE EDINBURGH [2006]

Celebrado del 14 al 27 de agosto.

El Festival Internacional de Cine de Edimburgo comenzó sus días hacia 1947 como un festival de cine documental hasta convertirse en la actualidad en uno de los propulsores de lo mejor y lo más novedoso del género. Este año celebró su 60º aniversario presentando 163 filmes producidos en 37 países, incluyendo 118 largometrajes de los cuales 34 fueron estrenos mundiales y 70 estrenos en el Reino Unido. Durante la noche de apertura se proyectó por primera vez The Flying Scotsman del director escocés Douglas Mackinnon. En la noche de gala estuvo presente Graeme Obree, el ciclista cuya vida inspiró el relato , los intérpretes Brian Cox, Billy Boyd y Niall Fulton, el director Mackinnon y el productor Peter Gallagher.
Sir Sean Connery ofició como patrocinador del festival, mientras que las estrellas de la pantalla grande Sigourney Weaver -protagonista de "Gorilas en la Niebla" o "La muerte y la doncella"- y Tilda Swinton -recordada por su papel en "Orlando"-, además del director británico Ken Loach, recibieron un reconocimiento especial a sus trayectorias: los Premios Diamond.

La distinción al Mejor Documental fue entregado a Jake Clennell por The Great Happiness Space: Tale of an Osaka Love Thief, filme que trata sobre un night club administrado por un ambicioso y joven empresario de Osaka, en el que un grupo de 20 jóvenes son preparados para convertirse en los mejores acompañantes de la ciudad.
Por su parte, la comedia de Kevin Smith Clerks II recibió el Premio de la Audiencia "Standard Life" mientras que el Premio a los Nuevos Directores "Skillset" fue entregado al director Paul Andrew Williams por su drama urbano London to Brighton, cuya historia transcurre a lo largo de un día en la vida de una prostituta y un fugitivo que huyen a Brighton en un desesperado intento por salvar sus vidas. Un jurado prestigioso formado por el legendario actor John Hurt, el director danés Lone Scherfig, el escritor irlandés John Banville, el director escocés Michel Caton-Jones y la cantante de rock Chrissie Hynde, votaron para el premio Michael Powell al Mejor Largometraje Británico al filme de Keith Fulton y Luis Pepe, Brothers of the Head, cuyo relato ficcional gira entorno a dos hermanos y su grupo de rock The Bang Bang, formado a mediados de los años ´70. Lejos de ser un documental, el filme ofrece una historia alternativa al rock ´n roll, al tiempo que critica la explotación económica y el idealismo condenado al fracaso de un estilo musical que terminó transformado en mercancía.


Soledad, locura y violencia

Este año, los largometrajes del festival se caracterizaron por tratar conflictos de índole social y personal. La soledad, la locura, el alcoholismo y la desocupación son los temas en los que se centra Apart fromThat, de los directores norteamericanos Jennifer Shainin y Randy Walker.
La historia transcurre en un perdido pueblo del noroeste americano en el que una madre y su hija, una pareja de nativos y un vietnamita con su hijo adoptado enfrentan, a pesar de sus diferencias y conflictos relacionales, los mismos miedos y un intento desesperado por sobrellevar la soledad en la que están inmersos, algo que muchas veces los lleva a tomar vías de escape como el alcoholismo o la violencia.
A través de los planos inclinados o cortados en los que el cuerpo queda escindido por el encuadre, los realizadores intentaron transmitir la idea de inestabilidad emocional en la que se encuentran sus personajes.

En Jindabyne, del director Ray Lawrence, se conjugan la violencia y la discriminación en los paisajes inhóspitos de Australia. Una joven indígena es asesinada y luego hallada por tres hombres mientras practican la pesca deportiva en el río. En lugar de pedir ayuda, deciden atar el cuerpo a un árbol y continuar tranquilamente con su actividad. La belleza natural del entorno, en armonía con las comunidades indígenas que aún permanecen en Australia, se contrapone a la violencia del blanco con sus prejuicios raciales y de género que van aflorando a medida que se desarrolla la narración.

Por su parte, el realizador chileno Sebastián Campos trata, en Apart fromThat, el tema de la tensión entre la tradición cristiana sostenida por la generación de sus padres, y la transgresión de las normas que caracteriza a la nueva generación.
La historia transcurre entre el Jueves Santo y el Domingo de Pascua, estableciéndose así un claro paralelo entre el relato bíblico de la muerte y resurrección de Cristo y el progresivo desenmascaramiento de una familia marcada por la hipocresía.
La elección del título La Sagrada Familia hace referencia a la catedral homónima construida por el arquitecto catalán Antoni Gaudí. Arquitectos del mundo y de sus propios destinos son también dos de los personajes del filme: Marco y su padre, dos estereotipos generacionales, dos formas opuestas de ejercer una profesión en común, de sobrellevar su existencia, de ver el mundo y de sostener sus creencias. Identificándose con Gaudí -ferviente creyente a pesar de su estilo modernista, alejado de los cánones arquitectónicos medievales-, el realizador chileno resuelve su conflicto generacional no sosteniendo una rebelión inconducente sino proponiendo una forma más auténtica de "construir" un nuevo cristianismo.

Casa de Areia es otro ejemplo del buen cine que se está produciendo en Latinoamérica. De la directora brasileña Andrucha Waddington son esos vastos paisajes desérticos encuadrados en grandes planos generales y largos travellings que recuerdan a los de Fata Morgana (Werner Herzog, 1971).
También son suyas esas pequeñas figuras humanas apenas visibles en el paisaje blanco, insignificantes frente a la vastedad que las rodea. Aquí ya no es la soledad que conduce a la locura, como en Apart from That, sino a un proceso de liberación interior. Las tres generaciones de mujeres llevan el mismo nombre arquetípico de María. Se trata de la mujer en términos genéricos, la mujer en su proceso de auto conocimiento y de explotación de su potencial, siendo la casa de arena todo un símbolo.
La generación intermedia de "Marías" explora más allá del horizonte para terminar concluyendo, al cabo de 40 años, que no hay nada demasiado lejos que no podamos encontrar cerca o dentro de nuestra propia interioridad.

Balada por la tierra

En el espíritu de los documentales se pudo apreciar una mirada comprensiva hacia los que, por diferentes circunstancias y en diversos puntos del planeta, han perdido sus casas, sus tierras o sus familias.
El documental de la holandesa Aliona van der Horst y la iraní Maasja Ooms, Voices of Bam, focaliza sobre la lenta y dolorosa recuperación de la ciudad persa de Bam, arrasada por un movimiento sísmico en diciembre de 2003 que causó la muerte a más de 30 mil personas y la destrucción de la antigua ciudadela de Arg-é Bam.
No sólo se trata de la reconstrucción de las casas, sino también de la memoria de los familiares que desaparecieron bajo los escombros a partir de fotografías rotas, decoloradas o cubiertas de polvo.
Las voces de los muertos en Bam se mezclan con las de los sobrevivientes que narran, sucesivamente, los acontecimientos catastróficos vividos por ellos y sus familias.
Los cuatro elementos aparecen en la imagen: la tierra creadora y destructora, la calma superficie del río que cruza la ciudad, el viento que lleva el polvo de los escombros y, hacia el final, el fuego purificador de un amanecer que trae la esperanza de la reconstrucción.

Más en la línea de la actualidad política se sitúan los documentales Five Days, del israelí Yoav Shamir y East of Havana de los norteamericanos de origen cubano Jauretsi Saizarbitoria y Emilia Menocal. El filme israelí relata los acontecimientos ocurridos en el año 2004 en la Franja de Gaza, tras la orden del ex Primer Ministro Ariel Sharon de desalojar a los colonos judíos de la región.
La utilización de mapas digitales, sobreimpresos y narrador en off hacen de Five Days un documental casi televisivo, mientras que las entrevistas y material de archivo tienen como objetivo mantener la mayor objetividad posible. Al instalar cámaras dentro de las unidades del ejército israelí y dentro de las casas y lugares en los que los colonos se reunían a debatir, Shamir intentó dar a cada lado en pugna el mismo tiempo de pantalla, cubriendo todos los aspectos de lo acontecido en aquellos cinco días.

Este intento de ecuanimidad entre dos posturas en juego no es el objetivo de Saizarbitoria y Menocal en East of Havana, documental producido en Estados Unidos pero ambientado en una zona del este de la capital cubana en el que un grupo de raperos lleva a cabo su contrarrevolución musical. Con largos travellings sobre la fachada de los edificios derruidos por el paso del tiempo, en un país donde parece no haber cambiado nada en más de 40 años, el filme intenta mostrar el sueño truncado de alcanzar el progreso gracias a la revolución y al castrismo. Sin grandes innovaciones formales, East of Havana plantea la posibilidad, para las nuevas generaciones, de hacer un cambio político a partir de un cambio de mentalidad y de abrirse al mundo a través de la música. Al mismo tiempo, denuncia la censura sobre toda forma de arte considerada extranjerizante por el gobierno cubano.

Del cortometraje al cómic

En algunos cortometrajes del festival se pudo apreciar un retorno al cómic como forma de narración válida para el cine. En Never like the first time! El sueco Jonas Odell recorta figuras de los cómics de los años ´50 o de las tarjetas postales y publicidades de los '20 en color sepia para armar un relato cotidiano, jugando así con la idea de collage. En lugar del bocadillo o globo, utiliza un narrador en off que enuncia lo que dicen o piensan los personajes.Heard ´Em Say, con música de Kanye West y dirección de Michel Gondry, es un corto tipo videoclip con un montaje rítmico que acompaña la música de rap.
La línea argumental y los movimientos de cámara tienden a desaparecer para dejar paso al montaje como forma de representar el movimiento y la sucesión temporal.
Por su parte, Olivier Gondry en You Gonna Want Me (con música de Tiga) realiza un trabajo de barrido digital de la imagen que aparenta dejar rastros de luz coloreada sobre la pantalla. Al igual que en un cuadro futurista, Gondry intenta representar el tiempo, la velocidad y el movimiento mediante la multiplicación de las posiciones de un mismo cuerpo y de crear ritmos mediante formas y colores. Lo más llamativo de las imágenes de You Gonna Want Me es que se desvanecen hasta la abstracción o se convierten en trazos luminosos
Adriana Schmorak

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