Mientras tanto, es uno de los clichés más utilizados en el mundo del cómic para pasar de una acción a otra y así como si de una aventura de Batman se tratase, Zulueta nos muestra una colección de polaroids en las que las inconexas historias se unen con tan recurrente frase.
Como ya ocurre en sus trabajos en cine, la forma es tan o incluso más importante que el contenido y este gusto por la estética underground, heredada del cine neoyorquino de los 70, se ve reflejada en esta exposición, que hasta el 12 de junio se puede ver en los espacios D y E de La Casa Encendida en Madrid.
Mientras tanto... que es también el nombre de la muestra, se completa con una retrospectiva de su obra fílmica, tanto en Super 8 y 35 mm cómo los trabajos para Tv, junto a ellos el documental Iván Z de Andrés Duque, un enamorado de la obra de Zulueta, que en algo menos de una hora se aproxima a la figura de uno de los directores que, más pasiones ha desatado desde que en 1979 estrenara Arrebato.
La sinceridad que muestra Zulueta ante la cámara es abrumadora, hablando de su adicción a la heroína, de la imposibilidad de hacer cine por ello o del miedo a la soledad y a envejecer. Viendo Iván Z. confirmamos la debilidad que siempre ha tenido por las colecciones de cromos, los juguetes infantiles y Saul Bass, conocemos también in situ algunos de los escenarios de sus míticas Super 8, algunas rodadas en la casa familiar de Donosti y la intensa relación que mantiene desde siempre con su madre.
Comprobamos además que gracias a ella, ha cumplido uno de sus sueños cinéfilos, le pasa al protagonista de "All that jazz" y por fin el bote de metadona, lleva una etiqueta con su nombre.
El documental se presenta prácticamente, como una grabación doméstica como la que un amigo hace de otro, una estética, voluntariamente, amateur, en el sentido literal de hacer las cosas por amor, como el que Andrés Duque siente por Zulueta y su trabajo. Eso sí, me resultó bastante chocante que los títulos de crédito del final sean tan elaborados, desentonando del la obra en sí.
Bueno y no me extiendo más en el artículo, porque como dice Iván "Ocuparse es un coñazo"
Como ya ocurre en sus trabajos en cine, la forma es tan o incluso más importante que el contenido y este gusto por la estética underground, heredada del cine neoyorquino de los 70, se ve reflejada en esta exposición, que hasta el 12 de junio se puede ver en los espacios D y E de La Casa Encendida en Madrid.
Mientras tanto... que es también el nombre de la muestra, se completa con una retrospectiva de su obra fílmica, tanto en Super 8 y 35 mm cómo los trabajos para Tv, junto a ellos el documental Iván Z de Andrés Duque, un enamorado de la obra de Zulueta, que en algo menos de una hora se aproxima a la figura de uno de los directores que, más pasiones ha desatado desde que en 1979 estrenara Arrebato.
La sinceridad que muestra Zulueta ante la cámara es abrumadora, hablando de su adicción a la heroína, de la imposibilidad de hacer cine por ello o del miedo a la soledad y a envejecer. Viendo Iván Z. confirmamos la debilidad que siempre ha tenido por las colecciones de cromos, los juguetes infantiles y Saul Bass, conocemos también in situ algunos de los escenarios de sus míticas Super 8, algunas rodadas en la casa familiar de Donosti y la intensa relación que mantiene desde siempre con su madre.
Comprobamos además que gracias a ella, ha cumplido uno de sus sueños cinéfilos, le pasa al protagonista de "All that jazz" y por fin el bote de metadona, lleva una etiqueta con su nombre.
El documental se presenta prácticamente, como una grabación doméstica como la que un amigo hace de otro, una estética, voluntariamente, amateur, en el sentido literal de hacer las cosas por amor, como el que Andrés Duque siente por Zulueta y su trabajo. Eso sí, me resultó bastante chocante que los títulos de crédito del final sean tan elaborados, desentonando del la obra en sí.
Bueno y no me extiendo más en el artículo, porque como dice Iván "Ocuparse es un coñazo"
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