EL CAMNINO DE SAN DIEGO - CARLOS SORÍN

"El Camino de San Diego", es una película que te hace sentir mejor persona al salir del cine y esa sensación es estupenda. Poder confiar en la condición humana aunque sólo sea por 90 minutos ya merece un visionado aunque no estemos ante una obra maestra. Sensaciones similares sólo las he tenido viendo “Historias mínimas” pero esa sí, era una joya.
Su director, Carlos Sorín sabe plasmar la bondad del ser humano contándonos una fábula en mitad de la provincia de Misiones, al norte de Argentina. Quizás también esta película sólo pueda suceder en un entorno rural donde los habitantes van a su propio ritmo y desconocen los avatares de una gran ciudad.Tati (Ignacio Domínguez) es un fanático de Maradona.
El comienzo de la película, a la manera de falso documental sirve para construir en pocos planos al protagonista, un joven humilde que no pierde la sonrisa y que es capaz de cualquier cosa por su ídolo, el astro del fútbol, Diego Armando Maradona.Cuando se entera que Maradona ha sufrido una crisis cardiaca y se encuentra ingresado en la clínica suizo argentina de Buenos Aires, no duda en cruzar medio país para darle un regalo muy especial, la talla en madera de una raíz encontrada en mitad del bosque que se le parece sorprendentemente.
El dilema ético de "si estamos aquí por azar o hay algo más" lo descubreTati a su manera al "encontrar la raíz". Empieza entonces una peculiar road movie en la que Tati con la talla acuestas, se irá encontrando con situaciones y personajes curiosos como el entrañable camionero brasileño fan de Pele o el dependiente de la tienda interpretado por el ya habitual, Juan Villegas (protagonista de Bombón el perro)
Sorín muestra con esta historia, un fenómeno extradeportivo el del sentimiento del pueblo hacia los ídolos como sustitutos de la religión. Curiosamente Maradona aparece solo un momento y en una imagen de televisión, pero es que no nos engañemos, esta no es una película sobre “el Diego”.A su manera, “El camino de San Diego” es una película religiosa. Tati inicia un viaje que es mucho más que un viaje, supone una peregrinación, en la que le va a llevar a "su Dios" un regalo pero, ¿lo conseguirá al final?. Hace 5 años, Carlos Sorín se llevó el premio especial del jurado con "Historias mínimas", una deliciosa comedia ambientada en la Patagonia que nos enamoró a todos. 2 años después volvió al festival con "Bombón el perro" y ahora repite fórmula y sigue gustando llevándose de nuevo el premio especial del jurado porque literalmente: " En este extraño mundo en el que vivimos, esta película habla del extraordinario poder de los sueños y la esperanza. Sin ellos, no somos nada".
Sorín firma una buena película pero quizás también supone el final de una trilogía y de una peculiar manera de entender el cine porque su fórmula ya no sorprende.
Esta es una comedia de tintes dramáticos ambientada en una zona rural y protagonizada por actores no profesionales, igual que las otras.
Ciertos sectores de la crítica reprochan a Carlos Sorín “la bienintencionalidad” de todas sus historias. Puede que todos los personajes parezcan demasiado buenos pero reflexionando acerca del protagonista, en realidad Tati es un egoísta, ha perdido el trabajo y el poco dinero que tiene en vez de ahorrarlo para su familia se lo gasta en un viaje a la capital.
También existen conflictos pero como se resuelven amistosamente, sin tensiones dramáticas, pasan desapercibidos.
Se puede hablar de "estilo Sorín" pero esto es para el propio director un arma de doble filo, él mismo admitió en la rueda de prensa que no quiere repetirse. La próxima película ¿será entonces de género y con actores famosos?