Desde hace unos días conocemos la candidatura de Indigènes, en la categoría de mejor película en habla no inglesa. La historia de los 130000 nativos de las colonias francesas que se unieron al general De Gaulle para expulsar a los nazis del territorio que consideraban “su patria” emocionó al público y al jurado del festival de Cannes, donde fue premiada y si nuestro querido “gordo del Toro” no lo impide seguramente el Oscar se vaya este año a Argelia.
Estamos ante una de las mejores películas de cine bélico de la historia del cine (a falta de ver la última de Clint Eastwood) y lo mejor es que no tiene nada de patriotera o cursi dejando de lado el mensaje panfletario de otras historias parecidas, como Salvar al Soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998)Los 130000 nativos, se ven reflejados en los 4 soldados protagonistas, Abdelkader, Said, Messaoud y Yaseir. Unos héroes olvidados le han servido al director magrebí Rachid Bouchareb (del que ya conocíamos, Little Senegal) para hacer algo más que una película sobre la II Guerra Mundial.
Indigènes, nos habla de racismo y de una falta de libertades para los extranjeros que viven en las grandes ciudades europeas como París o Madrid que desgraciadamente dura hasta nuestros días.
Indigénes, terrible el título inglés que se va a mantener en su traducción al castellano, algo así como, días de gloria, no entiendo nada, se centra en ese grupo de hombres, casi todos analfabetos que lo dieron todo por Francia, incluso más que los propios franceses que terminaron llevándose el mérito de la victoria en Alsacia, llegando en el último momento.
Bouchareb, denuncia algo más que la falta de memoria histórica. Denuncia que en el país de la “libertad, la igualdad y la fraternidad” se tratara a los soldados magrebíes como ciudadanos de segunda y que a día de hoy sus familias siguen sin haber cobrado las pensiones íntegramente.Técnicamente la película es perfecta, las secuencias de combate están rodadas con un realismo brutal destacando los planos de batalla más generales en los que explosiones y disparos se hacen dueños de la pantalla.Impresionante el reparto, premiado al completo en Cannes con los actores, Jamel Debbouze (el inolvidable tendero que aspiraba a ser pintor en Amelie), Samy Naceri, Roschdy Zem, Sami Bouajila y Bernard Blancan.
La historia tiene el punto de vista de estos 4 hombres. Said, es el más joven. Un chico que decide abandonar su casa e ir a la guerra porque allí no le queda más que miseria.
Yaseir, se alista con su hermano pequeño Larbi. El motivo para ellos es conseguir el suficiente dinero para que Larbi pueda casarse. Los momentos robados, de cariño que protagonizan los 2 hermanos son de lo mejor de la película.Abdelkader, es distinto, es más fuerte y sus motivos son otros. Él es uno de los pocos argelinos que acuden voluntariamente.
Sabe leer y escribir y daría su vida por Francia. Si embargo a medida que avanza la guerra se dará cuenta que más que por Francia debe luchar por conseguir los derechos para su propio pueblo. Messaoud, conocerá a una mujer francesa de la cual se enamora a su llegada a Marsella y destaca fuera del grupo de soldados, el sargento Martínez que terminará teniendo una relación especial con Said.Película tremenda, que ayuda al espectador más receptivo a comprender ciertas actitudes del pueblo árabe hoy en día y sólo por el reparto, merece la pena verla.
Estamos ante una de las mejores películas de cine bélico de la historia del cine (a falta de ver la última de Clint Eastwood) y lo mejor es que no tiene nada de patriotera o cursi dejando de lado el mensaje panfletario de otras historias parecidas, como Salvar al Soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998)Los 130000 nativos, se ven reflejados en los 4 soldados protagonistas, Abdelkader, Said, Messaoud y Yaseir. Unos héroes olvidados le han servido al director magrebí Rachid Bouchareb (del que ya conocíamos, Little Senegal) para hacer algo más que una película sobre la II Guerra Mundial.
Indigènes, nos habla de racismo y de una falta de libertades para los extranjeros que viven en las grandes ciudades europeas como París o Madrid que desgraciadamente dura hasta nuestros días.
Indigénes, terrible el título inglés que se va a mantener en su traducción al castellano, algo así como, días de gloria, no entiendo nada, se centra en ese grupo de hombres, casi todos analfabetos que lo dieron todo por Francia, incluso más que los propios franceses que terminaron llevándose el mérito de la victoria en Alsacia, llegando en el último momento.
Bouchareb, denuncia algo más que la falta de memoria histórica. Denuncia que en el país de la “libertad, la igualdad y la fraternidad” se tratara a los soldados magrebíes como ciudadanos de segunda y que a día de hoy sus familias siguen sin haber cobrado las pensiones íntegramente.Técnicamente la película es perfecta, las secuencias de combate están rodadas con un realismo brutal destacando los planos de batalla más generales en los que explosiones y disparos se hacen dueños de la pantalla.Impresionante el reparto, premiado al completo en Cannes con los actores, Jamel Debbouze (el inolvidable tendero que aspiraba a ser pintor en Amelie), Samy Naceri, Roschdy Zem, Sami Bouajila y Bernard Blancan.
La historia tiene el punto de vista de estos 4 hombres. Said, es el más joven. Un chico que decide abandonar su casa e ir a la guerra porque allí no le queda más que miseria.
Yaseir, se alista con su hermano pequeño Larbi. El motivo para ellos es conseguir el suficiente dinero para que Larbi pueda casarse. Los momentos robados, de cariño que protagonizan los 2 hermanos son de lo mejor de la película.Abdelkader, es distinto, es más fuerte y sus motivos son otros. Él es uno de los pocos argelinos que acuden voluntariamente.
Sabe leer y escribir y daría su vida por Francia. Si embargo a medida que avanza la guerra se dará cuenta que más que por Francia debe luchar por conseguir los derechos para su propio pueblo. Messaoud, conocerá a una mujer francesa de la cual se enamora a su llegada a Marsella y destaca fuera del grupo de soldados, el sargento Martínez que terminará teniendo una relación especial con Said.Película tremenda, que ayuda al espectador más receptivo a comprender ciertas actitudes del pueblo árabe hoy en día y sólo por el reparto, merece la pena verla.
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