30.1.09

BABEL - ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑARRITU


“Hablamos de la frontera, como de un lugar, nunca como de una idea. Creo que las auténticas fronteras son las que llevamos dentro”
Alejandro González Iñarritu


El disparo de un rifle, Winchester del calibre 270 es el detonante de las tres historias protagonistas de Babel, tercera película del mexicano Alejandro González Iñarritu con la que pone fin a su trilogía, de vidas cruzadas por el dolor.La nueva unión entre Iñarritu, director más Guillermo Arriaga, guionista resulta perfecta, nunca los dos habían construido una historia tan potente, trágica y a la vez, sutil y reflexiva. Rodada durante más de un año en tres continentes distintos y en cuatro idiomas (no tiene perdón verla doblada) la película tiene una labor de producción digna de destacar. La historia arranca en Marruecos, con un incidente causal en el que se ven involucrados una pareja de turistas norteamericanos.
Esa casualidad, provoca un llamado efecto mariposa que afectará a otras personas en el resto del mundo; dos chavales marroquíes, una niñera mexicana en situación ilegal y una joven japonesa sorda. A pesar de la distancia, los cuatro grupos comparten un mismo destino de profunda incomunicación y dolor.

La película habla en primera instancia de lo que nos diferencia a los seres humanos, las barreras físicas y como el título indica del idioma pero en el fondo, Babel se convierte en una película sobre lo que nos une y nos iguala siempre, el amor y el dolor.La estructura, nada convencional pero sí en la línea de sus anteriores filmes; Amores perros y 21 gramos encaja a la perfección con sus muchos personajes y saltos de tiempo.
El mosaico descrito por Arriaga mezcla a una pareja prototipo de clase media -alta americana que lucha en un país extranjero por salvar su matrimonio con dos niños marroquíes que culminan su rivalidad de hermanos con un hecho involuntario, equivocado y terrible.
En realidad la verdadera historia de estos niños no está en la persecución policial sino en la relación con el padre, modelo tradicional de musulmán con una elevada conciencia religiosa pero que no ve la disgregación en la que está cayendo su propia familia.
La tercera historia, mezcla California, con el paso fronterizo y un pueblo en el norte de México. Esta es la parte que más me gusta de toda la película, quizás porque aquí director y guionista no dan una visión de extranjero en otro lugar sino que conocen muy bien desde dentro.

El resultado, es más cercano y mejor. Todo gira en torno a una niñera mexicana que trabaja ilegalmente desde hace 16 años en San Diego. La mujer, cuida ahora a los dos niños pequeños de la rica pareja protagonista y al igual que los chavales marroquíes, un día toma una decisión inocente pero equivocada. La fabula de la pobre Amelita, resume perfectamente la situación frustrante de los emigrantes en otro país cuando luchan por conseguir una vida mejor y el propio estado, no les deja. En esta historia el director es donde más se luce en la planificación, cada encuadre habla por si solo.

La dirección de fotografía de Rodrigo Prieto, un maestro, es impresionante mostrando una frontera visceral y cargada de expresividad. Otro grande que repite en el equipo de Iñarritu es el músico Gustavo Santaolalla. El “oud” instrumento antepasado de la guitarra española es el leit motive de la banda sonora.
La cuarta historia, se sitúa en la postmoderna Tokio. Esta parte, en una primera impresión puede resultar más floja y menos enlazada que las otras pero pensándola un poquito, es todo lo contrario. En realidad, en Japón estamos ante el germen de todo y en la reflexión final necesaria para poder completar el puzzle. La protagonista, es Chieko, una joven sorda que no tiene madre pero que tampoco tiene palabras. Esta parte ha sido la más criticada porque la incomunicación a través del lenguaje parece a simple vista lo más obvio pero considero que Iñarritu va mucho más allá.
La historia trata de un padre viudo que intenta conectar emocionalmente con su hija sorda inmersa en la caótica ciudad de Tokio. Esta adolescente suple su falta de afecto y de palabras con la sexualidad y es que si no se tiene la posibilidad de poder comunicar con palabras, el cuerpo se convierte en instrumento, arma e invitación para expresar los sentimientos.
Si a la trama no la pongo pegas, sí que en Japón algunas imágenes pretendidamente poéticas y el montaje videoclip de la disco me aburrieron bastante pero en 2h y 30 minutos de película que no te gusten unos 10 pues no está nada mal.

Cada una de las historias entonces, involucra a padres e hijos (al igual que en sus dos anteriores películas), lo individual y lo universal pero sobretodo el deseo irreprimible de todo ser humano de comunicarse en este mundo de hoy, cada vez más global pero cada vez también, más autista.

Capítulo aparte merece el reparto que incluye estrellas, actores y gente de la calle, no profesional.
Al elegir a la estrella, Brad Pitt se arriesgaron, no por no tener tirón comercial todo lo contrario si no porque los espectadores mayores de 16 años nos lo creyéramos como actor dramático y en un personaje, Richard Jones, el marido de Susan, la mar de complejo. Bueno pues el Sr. Pitt está estupendo y contenido con sus muchas canitas.
Ya ha conseguido una nominación a los Globos de Oro (la película tiene 7 en total) y va camino del Oscar seguro. Sólo por el momentazo de la llamada telefónica a su casa desde el hospital merece la pena.Cate Blanchett, es Susan, su esposa. Una mujer perdida en su matrimonio.

Iñarritu la describe perfectamente en una de las primeras secuencias como una burguesa yanqui a la que la asquea todo lo que viene de fuera pero el personaje no cae mal, al contrario transmite una gran compasión. Cuando la bala rompe el cristal del autobús y penetra en el cuello de Susan se queda en un semicoma el resto de la película. Todo entonces depende de sus ojos y de esa capacidad que solo tienen los grandes intérpretes para expresar el verdadero dolor.

Adriana Barraza es Amelia y está absolutamente maravillosa. Hay que verla porque cada gesto, cada mirada, sus manos imprimen la calidad necesaria para que esta pobre mujer en ningún momento sea un estereotipo.Gael Garcia Bernal, chaparrito y guapísimo repite con Alejandro dando vida a Santiago, el sobrino de Adriana.
Sale muy poquito y echo de menos no saber de su futuro desde que lo dejamos en mitad del desierto con su coche pero en pocas secuencias simboliza la personalidad del hombre mexicano, simpático, ruidoso y encantador pero que cuando bebe se puede volver irresponsable y agresivo. Sin embargo la ira de Santiago con la patrulla fronteriza no se debe a esa noche ni al alcohol sino a los muchos años de aguantar y de haber sido humillado.
Chieko es la joven Rinko Kikuchi que trabajó mucho aprendiendo lengua de signos porque no es una actriz sorda.En Marruecos, no hay actores profesionales y están todos increíbles, a la altura del resto del reparto internacional.

Premio a la mejor dirección en Cannes, la gente salió encantada en San Sebastián y cuenta con todas las papeletas para convertirse en una de las películas del año. Totalmente recomendada.

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