Javier Rebollo, reconocido documentalista y cortometrajista debuta en la dirección de largos con una película nada fácil que ha tardado varios años en ver la luz. Lolita films (la productora que fundó Javier con Lola Mayo y Damián Paris en 1996) fue desde el principio promotora del proyecto pero han necesitado del apoyo de Malvarrosa Media por España y de la francesa Lazennec & Associés para sacarla adelante.El resultado es una historia de amor diferente en la que la pareja protagonista nunca se dice, te quiero y uno de los 2 amantes no sabe de la existencia del otro. Lola Dueñas, actriz fetiche en todos los cortos de Javier ha sabido madurar a su lado y está estupenda como Lola, una chica manchega que se va a trabajar a París. Michael Abiteboul, actor francés visto recientemente en Manderlay, da vida a León el vecino de Lola.
Un hombre extraño que no trabaja y no se relaciona con nadie a excepción de su anciana madre a la que cuida hasta que muere. Una de las secuencias que más me gustaron y que resume a la perfección el personaje de León es al comienzo cuando después de morir, León enumera los enseres que ha dejado su madre. Mientras los vemos, pulcramente colocados y encuadrados por la cámara, la voz en off de León los describe. La película podría haber arrancado ahí.
El cine, ha contado mil veces la historia de un voayeur, hombres de vida monótona y gris que enfocan su triste existencia hacia los demás.
León, fascinado por Lola "una chica ruidosa, como todos los españoles" se convierte también en voayeur apuntando en su cuaderno de notas cada uno de los movimientos de su vecina, sin que ella se entere.
Lo original, no es entonces el tema sino la forma en la que Javier lo cuenta con algunos aciertos interesantes.
El planteamiento estético del director rinde homenaje a los viejos maestros de la nouvelle vague, hay claras referencias a Jean Luc Godard y el personaje de Lola en los años 60 bien podría haberlo interpretado Anna Karina con secuencia de baile en el bar incluida. Las influencias del cine francés están continuamente presentes en el montaje en base a las famosas elipsis de Bresson, poco vistas hasta ahora en el cine español.
La áspera fotografía de Santiago Racaj acentúa la dureza de la historia y la soledad de los personajes. Quizás una pega serían los 112 minutos de metraje, el montaje se alarga demasiado intentando supongo hacernos partícipes de la monótona vida del protagonista pero lo que resulta al final es que el espectador puede llegar a aburrirse también mucho, sobre todo los 20 minutos finales, más de uno se durmió en la sala1 del Kursaal en la mañana del estreno.
Si la parte que sucede en Francia tiene esos claros referentes a Godard y Bresson, la parte manchega nos hace enseguida pensar en Almodóvar, en el viento solano que mueve los molinos, las abuelas del cementerio, los pueblos y la nota de humor que pone el personaje interpretado por Carmen Machi, una prostituta entrañable que parece sacada de cualquiera de las películas de Pedro. Las comparaciones dicen que siempre son odiosas pero al tratarse de Almodóvar y de "Volver" una película que tenemos todos tan reciente se hacen inevitables es así, Javier.
Entre los aciertos; una buena y cuidada dirección de actores, incluida Carmen Machi en un papel muy diferente a "Aida". Descubrir un París distinto a la ciudad de la luz, turística y romántica tantas veces representada en el cine.
El cártel diseñado por el reconocido ilustrador madrileño Javier de Juan y el valor de contar una historia de amor dura con final triste que casi podría titularse mejor, ¿Dónde está Lola?
No hay comentarios:
Publicar un comentario