31.1.09

EL CAIMÁN - NANNI MORETTI

Un productor de cine quebrado profesional y sentimentalmente, Bruno Bonomo (interpretado por Silvio Orlando), no logra financiar su nueva producción de serie B "El Regreso de Cristóbal Colón". Empantanado en deudas y en un matrimonio al borde de la separación, Bruno conoce a Teresa, una joven directora que le lleva un guión novedoso.
Pronto se da cuenta de que el nuevo proyecto no es más que la biografía enmascarada del primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Pero el temor, la desidia y la falta de compromiso le dificultan el encontrar los intérpretes para esta película y el dinero necesario para rodarla.

He aquí el argumento de "El Caimán", la última realización que el director italiano Nanni Moretti presentó en Cannes, y por la cual ganó seis premios David de Donatello. El director, guionista, productor y actor es también conocido por sus premiadas "Aprile" (1998),"La Habitación del Hijo" (2001) y "Diario Íntimo" (1994). En "El Caimán" se deslizan tres líneas argumentales, a veces en forma paralela, otras entrecruzándose y hasta confundiéndose.
La primera línea es la intimista, la que trata de las dificultades personales del productor de cine con su mujer y sus hijos, un matrimonio que no termina de reconciliarse pero tampoco logra separarse ya que, hasta el final, parece seguir existiendo una atracción que los une. Paola Bonomo (interpretada por Margherita Buy) es la mujer y la actriz protagonista de todas las producciones de Bruno, en las que interpreta siempre el mismo personaje de Aídra, algo así como "la mala" de la película.
Ella es la encargada de asesinar al protagonista en plena boda valiéndose de una bandera maoísta, y es ella la que da muerte brutalmente con utensilios de cocina al crítico gastronómico que no está para nada de acuerdo con "la comida" que se sirve en aquel restaurante.
Pero, ¿de qué restaurante estamos hablando, y de qué matrimonio a la manera maoísta?
Es aquí donde la segunda y la tercera líneas argumentales entran en juego entrelazándose con la primera. Se trata de mostrar la cocina cinematográfica hasta la casi desaparición de un claro límite entre ficción y realidad, se trata del papel de los medios -muy especialmente la televisión- en esa sociedad regida por la ideología oficial impuesta por Berlusconi quien, como bien se sabe, asoció permanentemente la política con el show business y el ejercicio del poder con el control de los medios televisivos y gráficos.

Las películas clase B de Bruno Bonomo -alter ego de Nanni Moretti - son también una denuncia política y una mirada desilusionada y sarcástica a la vez de los agonizantes ideales de izquierda en Italia. Las denuncias contra la política de Berlusconi se suceden sin dejar nada en el tintero: la corrupción, la censura, las sospechas de contactos entre el gobierno y la mafia, las cuentas bancarias no declaradas, la soberbia desmedida de un personaje que , como un Nerón moderno, se va de la escena no sin antes dejar la ciudad en llamas.
A pesar de adscribir abiertamente a los ideales de izquierda, el cineasta se interroga con humor y sin complacencia en éste y otros films como "Yo soy un autártico" (1976) o "Ecce bombo" (1978), sobre los ideales revolucionarios, los sueños y las desilusiones compartidas por los militantes de su generación.
"En los años '70 el cine político estaba muy expandido, se convirtió en un género, casi en un filón comercial", explica el director en una entrevista, y agrega: "Desde hace mucho tiempo, estas películas no se realizan más. No sé si esto se debe a una autocensura de parte de los guionistas, de los realizadores y de los productores, o del hecho de que una parte de la financiación de un filme proviene de los canales de televisión (…) Yo, en todo caso, desde mi pequeño lugar, he intentado contar a través del cine una realidad que no alcanzamos a ver, a percibir." De ese cine combativo de los `70 y `80 también hablan los personajes de "El Caimán" cuando se refieren en más de una oportunidad a "El Caso Moro", la película interpretada por Gian Maria Volonté que narra el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro, entonces máximo dirigente de la democracia cristiana, por parte de las Brigadas Rojas.

"El Caimán" resulta ser, pues, un constante juego barroco de imágenes y referencias internas y externas al cine. Es el filme dentro del filme, la televisión de la era Berlusconi - frívola, superficial y vaciada de contenido - enmarcada en el lenguaje cinematográfico.
Es, en definitiva, la historia de Italia de los últimos 30 años con sus cambios sociales reflejados en los nuevos modelos de pareja que van sustituyendo a los anteriores, con sus procesos políticos que parecen repetir siempre los mismos procesos de desengaño y desilusión, con su historia del cine que transita los caminos de la frivolidad más absoluta hasta las películas de "autor" con final abierto, desde las películas clase B hasta las comedias románticas taquilleras.
Todo esto está en "El Caimán" con su "pluralidad de registros y de tonos", como bien dice su director y, cabría agregar, dejando en el espectador el sabor agridulce de una comedia que al fin termina en tragedia.

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