En la misma línea que el gran robo al banco comunista se encuentra "La muerte de nadie" de Joan Dolç, curtido en publicidad, se pasó al mundo del documental en el 2000, año en el que fundó la productora Malvarrosa Media.La película reconstruye la vida de Heinz Ches un vagabundo polaco que se convirtió en el último ejeutado por la justicia durante el franquismo. O eso es lo que nos habían contando. Al igual que en el documental de Solomon, nos encontramos ante una reconstrucción histórica que parte de un sin fin de lagunas e incógnitas sin resolver.
Resulta que el tal Ches fue en realidad Geörg Welzel Michael un padre de familia de la Alemania del Este que no compartía para nada el ideal comunista y cuyo principal objetivo en la vida era el de huir a la parte Occidental para poder difrutar así de una auténtica vida "capitalista". Cómo llego a España y por qué mato a dos guardías civiles siguen siendo un misterio.
A través de entrevistas a sus familiares en Alemania, a implicados en el caso en España y a destacados intelectuales que han estudiado el caso: Albert Boadella, Vázquez Montalbán, vamos descubriendo retazos de la vida de Geörg, conociendo las causas por las que la justicia española ocultó su identidad a la opinión pública, la relación de esta ejecución con el asesinato de Carrero Blanco...
Antológicas son las intervenciones de un ministro de Franco, parece mentira que en pleno siglo XXI siga habiendo personas que piensen así.
Sin embargo pese a lo interesante del tema, el documental queda deslucido por el planteamiento formal con el que se nos presenta, lleno de dramatizaciones que recrean algunos de los hechos ocurridos y un montaje televisivo propio de espejo público convierten su visionado en un espectáculo por momentos tedioso.
En definitiva una muestra más de la oscuridad que rodea toda dictadura sea del color que sea.
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