27.1.09

RADIOPHOBIA - JULIO SOTO

En abril de 1986, un ensayo para comprobar la seguridad de Chernóbil desencadena la mayor catástrofe nuclear civil de la historia.20 años después de la tragedia, el director español Julio Soto regresa a la cercana ciudad de Pripyat, a tan sólo 3Km y donde vivían todos los trabajadores.

Situada dentro de la llamada, "zona de exclusión" la ciudad se erige como único testigo de lo que pasó. El hilo conductor, es el punto de vista que nos dan un grupo de supervivientes que vuelven a Pripyat para rememorar su experiencia.
La palabra que surge en la memoria de todos ellos es esta: Radiophobia.Impresiona el adentrarse en la ciudad fantasma, sabiendo que cuando se levantó era un lugar moderno y referente del progreso soviético.
La producción de la película arranca a mediados del 2003 cuando Julio en compañía de 2 productores ucranianos viaja a Chernóbil.
Durante los 2 años que pasó con el equipo localizando e intimando con los habitantes de los alrededores, estuvo presente ese miedo, real o imaginario a estar expuestos a la radiación y en consecuencia al cáncer.
No estamos ante un reportaje de televisión, todo lo contrario, radiophobia es una película magníficamente rodada, con el ritmo justo, emotiva y evocadora. Incluso algunas secuencias parecen sacadas de un film de terror psicológico. No entra tampoco en el debate de utilizar o no la energía nuclear en el futuro dejando la puerta abierta al espectador para que reflexione sobre la tragedia y sirva al menos para no volver a repetirla.En 1986, más de 50.000 personas habitaban las calles y las casas de Pripyat.
Tras una rápida y tumultuosa evacuación y con "la promesa de que volverían" la ciudad quedó vacía pero en pie. Rodeada ahora por una vegetación salvaje que domina toda la zona, las huellas de animales como, lobos o jabalíes también están presentes. Es como si la vida, en cierta forma no quisiera abandonar del todo la ciudad.

Escuchamos los testimonios de los habitantes de pueblos de alrededor dentro de lo que en su día seguía siendo "zona prohibida". Los paisanos más viejos del lugar regresaron a finales de los 80 a sus tierras y allí se quedaron. Ellos dicen que no pasa nada pero conviven con niveles de radiación a diario.

Técnicamente es uno de los mejores trabajos que he visto en formato digital.
Julio Soto utilizó 2 cámaras Panasonic DVX-100 con lentes anamórficas, hay también steady-cam en algunos planos interiores que siguen a los supervivientes cuando se adentran en sus antiguos pisos, ahora en ruinas y vistas aéreas desde un viejo helicóptero ruso.
El sonido está también muy cuidado y se nota que la fotografía se trabajó bastante durante la postproducción. Por todo estos logros, radiophobia, se llevó los premios a mejor película documental y fotografía en el Festival Europeo Internacional de Cine de París.En abril del 2006, se cumplieron 20 años de la catástrofe nuclear de Chernóbil y el mundo vive sumido en una peligrosa adicción a la energía. 20 años después de la tragedia al ver la película nos preguntamos si realmente aprendimos algo.

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