Hasta hace unos años, si se hacía una encuesta general acerca de los documentales, casi todo el mundo, los asociaba con los, programas de animalitos de la 2.
Posiblemente sólo un 5% de los estudiantes universitarios españoles habían pagado alguna vez, una entrada de cine para ir a ver una película documental.
Todo eso cambió, con la llegada en el año 2001, de un gordo simpático llamado Michael Moore que arremetía fuertemente, contra la administración Bush.
El documental que lo cambió todo, arrasando en las taquillas de todo el mundo fue Bowling for Columbine pero desde hacía casi 10 años, Mr. Moore, ya realizaba películas críticas sobre la sociedad y la política norteamericana.
Formalmente, te pueden gustar más o menos y es verdad, que tira más por el reportaje de investigación que por la creación cinematográfica en si misma pero hay que reconocerle mucho morro y mucho sentido del humor. Además, está haciendo historia con el buen uso de las imágenes de archivo, en sus montajes. No creo que mienta con los datos que saca pero sí estoy segura, de que obvia unos cuantos y en la sala de edición, sabe manipular los informes, hacía su terreno.
En 1989, Michael regresó a su ciudad natal, Flint en el estado de Michigan, una de las zonas más deprimidas de los EEUU, para hablar de primera mano, con los más de 30.000 empleados que acababan de ser despedidos por la General Motors.Su objetivo era pedir explicaciones al mismísimo presidente de la empresa, Roger Smith, por el cierre de la planta. Lo más curioso, es que la General Motors, tuvo ese mismo año, un superávit millonario. Durante dos años, Michael intentó sin éxito entrevistarse con Roger Smith pero en medio, hizo el retrato de una ciudad que alguna vez fue modelo de bienestar y que entró en la miseria por una decisión de la misma compañía que la levantó. El título de la película, Roger & Me.
Supo denunciar, el malinterpretado american way of life, suponiendo el sufrimiento de miles de familias que caen arrolladas al paso del gran capital. Un modelo de vida que desprecia a los perdedores pero evita preguntarse por las razones que conducen desde el trabajo honrado hasta la pobreza más indigna.
La película batió records de taquilla en EEUU y la gente empezó a confiar en ese soñador con gorra llamado Michael Moore. Desde entonces cuenta cada vez con más medios para la causa y además de películas, escribe libros de éxito como Estúpidos hombres blancos y gana, sorprendentemente para los cinéfilos, la Palma de Oro en Cannes con Fahrenheit 9/11 (2004) todo hay que decirlo, con un jurado presidido por su colega, Quentin Tarantino. Ese gran y extraño país que es EEUU, está claro que da para mucho y mientras haya políticos como George W. Bush en el poder, él se va a aprovechar. Hace duras críticas contra él pero también es en América, donde tiene un público más fiel, digamos que se retroalimentan entre sí.
Lo que hace Michael Moore en los EEUU, no podría permitirse tampoco, hacerlo en ninguna otra parte del mundo.1997, Michael Moore, vuelve a la caga cinematográfica después de unos años dedicado a la TV con The Big One, el gigante, donde explota su imagen de inquisidor contra los directivos. Aprovechando su macro gira de presentación del libro Downside This! por todo el país, incluidas aquellas ciudades del medio oeste, como Flint, donde nunca pasa nada.
Moore inicia una campaña de denuncia contra la explotación infantil.
Omnipresente durante todo el documental, en esta ocasión se dedica a plantear preguntas incómodas al presidente de Nike, a quien sugiere que de trabajo a los parados de su pueblo en vez de abrir fábricas en el tercer mundo. Eso sí, pagándoles un sueldo digno y no explotando crios por 1$ la hora. Lo mejor de este señor es eso, que se atreve a preguntar a los que más mandan,lo que todos los demás, se callan. Sabe ponerse del lado del obrero, del parado y de la gente más humilde aunque él realmente sea un progre de Hollywood, que nada tiene que ver con ellos.
Posiblemente sólo un 5% de los estudiantes universitarios españoles habían pagado alguna vez, una entrada de cine para ir a ver una película documental.
Todo eso cambió, con la llegada en el año 2001, de un gordo simpático llamado Michael Moore que arremetía fuertemente, contra la administración Bush.
El documental que lo cambió todo, arrasando en las taquillas de todo el mundo fue Bowling for Columbine pero desde hacía casi 10 años, Mr. Moore, ya realizaba películas críticas sobre la sociedad y la política norteamericana.
Formalmente, te pueden gustar más o menos y es verdad, que tira más por el reportaje de investigación que por la creación cinematográfica en si misma pero hay que reconocerle mucho morro y mucho sentido del humor. Además, está haciendo historia con el buen uso de las imágenes de archivo, en sus montajes. No creo que mienta con los datos que saca pero sí estoy segura, de que obvia unos cuantos y en la sala de edición, sabe manipular los informes, hacía su terreno.
En 1989, Michael regresó a su ciudad natal, Flint en el estado de Michigan, una de las zonas más deprimidas de los EEUU, para hablar de primera mano, con los más de 30.000 empleados que acababan de ser despedidos por la General Motors.Su objetivo era pedir explicaciones al mismísimo presidente de la empresa, Roger Smith, por el cierre de la planta. Lo más curioso, es que la General Motors, tuvo ese mismo año, un superávit millonario. Durante dos años, Michael intentó sin éxito entrevistarse con Roger Smith pero en medio, hizo el retrato de una ciudad que alguna vez fue modelo de bienestar y que entró en la miseria por una decisión de la misma compañía que la levantó. El título de la película, Roger & Me.
Supo denunciar, el malinterpretado american way of life, suponiendo el sufrimiento de miles de familias que caen arrolladas al paso del gran capital. Un modelo de vida que desprecia a los perdedores pero evita preguntarse por las razones que conducen desde el trabajo honrado hasta la pobreza más indigna.
La película batió records de taquilla en EEUU y la gente empezó a confiar en ese soñador con gorra llamado Michael Moore. Desde entonces cuenta cada vez con más medios para la causa y además de películas, escribe libros de éxito como Estúpidos hombres blancos y gana, sorprendentemente para los cinéfilos, la Palma de Oro en Cannes con Fahrenheit 9/11 (2004) todo hay que decirlo, con un jurado presidido por su colega, Quentin Tarantino. Ese gran y extraño país que es EEUU, está claro que da para mucho y mientras haya políticos como George W. Bush en el poder, él se va a aprovechar. Hace duras críticas contra él pero también es en América, donde tiene un público más fiel, digamos que se retroalimentan entre sí.
Lo que hace Michael Moore en los EEUU, no podría permitirse tampoco, hacerlo en ninguna otra parte del mundo.1997, Michael Moore, vuelve a la caga cinematográfica después de unos años dedicado a la TV con The Big One, el gigante, donde explota su imagen de inquisidor contra los directivos. Aprovechando su macro gira de presentación del libro Downside This! por todo el país, incluidas aquellas ciudades del medio oeste, como Flint, donde nunca pasa nada.
Moore inicia una campaña de denuncia contra la explotación infantil.
Omnipresente durante todo el documental, en esta ocasión se dedica a plantear preguntas incómodas al presidente de Nike, a quien sugiere que de trabajo a los parados de su pueblo en vez de abrir fábricas en el tercer mundo. Eso sí, pagándoles un sueldo digno y no explotando crios por 1$ la hora. Lo mejor de este señor es eso, que se atreve a preguntar a los que más mandan,lo que todos los demás, se callan. Sabe ponerse del lado del obrero, del parado y de la gente más humilde aunque él realmente sea un progre de Hollywood, que nada tiene que ver con ellos.
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